Qué es la energía primaria
La energía primaria es aquella que se extrae directamente de la naturaleza sin haber pasado por ningún proceso de transformación. Representa la base de todo sistema energético, ya que de ella derivan las fuentes de energía que luego se procesan para ser utilizadas en diversos sectores de la sociedad, como el transporte, la industria y los hogares. A partir de esta energía primaria se obtienen las energías secundarias, que son aquellas que han sido transformadas para ser aprovechables en sectores específicos, como el transporte, la industria o los hogares.
Su importancia radica en que es la materia prima energética fundamental para satisfacer las necesidades básicas y mantener el desarrollo económico de cualquier país. En el caso de España, la elección y el uso de fuentes de energía primaria son elementos muy considerados en el diseño de políticas energéticas que buscan reducir la dependencia de recursos externos, y así fomentar el uso de energías menos contaminantes.
Tipos de energía primaria
Las energías primarias pueden clasificarse en renovables y no renovables. Es importante hacer esta distinción para comprender el impacto ambiental que conlleva su explotación y el potencial de cada tipo en términos de sostenibilidad y agotamiento de recursos.
Energías renovables
Las energías renovables provienen de recursos naturales que son prácticamente inagotables o que se regeneran naturalmente. Por esta razón, son opciones más sostenibles, ya que su uso no conlleva un agotamiento permanente de recursos ni genera grandes cantidades de contaminantes.
Las fuentes de energías renovables que conocemos actualmente son:
Energía solar: Fotovoltaica y térmica
La energía solar es una de las fuentes renovables más valoradas con más de 15 GW instalados en España en 2023, consolidando al país como líder en Europa. A través de la tecnología fotovoltaica, los paneles solares captan la luz del sol y la convierten directamente en electricidad. Esta forma de aprovechamiento es muy útil tanto a nivel residencial como industrial.
Por otro lado, la energía solar térmica utiliza el calor del sol para calentar un fluido que puede generar vapor, el cual, a su vez, produce electricidad o se usa para aplicaciones domésticas e industriales.
Energía eólica
La energía eólica se obtiene capturando la fuerza del viento mediante aerogeneradores, quienes transforman la energía cinética del viento en electricidad de forma limpia.
España es uno de los países líderes en producción de energía eólica, con numerosas instalaciones a lo largo de su geografía. En el año 2022, más del 25% de la electricidad producida en España se obtuvo mediante energía eólica. La energía eólica es muy beneficiosa, ya que no emite contaminantes y aprovecha un recurso natural que se encuentra en constante movimiento.
Energía hidráulica
La energía hidráulica utiliza la fuerza del agua en movimiento, ya sea de ríos, de presas, o de centrales de bombeo, para generar electricidad. Esta tecnología no genera emisiones y es muy flexible incrementando o reduciendo la producción muy rápidamente por lo que son técnicamente muy adecuadas para responder a las variaciones de la demanda y de la producción con renovables intermitentes. Ver 3.1. Tecnologías y costes de la generación eléctrica – Energía y Sociedad
En España, se usa ampliamente en zonas montañosas donde se construyen embalses para almacenar agua y producir energía eléctrica.
Biomasa
La biomasa proviene de residuos orgánicos, tanto de origen vegetal como animal. Para disponer de ella, es necesario quemar productos como leña, astillas o pellets, que son residuos de actividades agrícolas o forestales. Aunque la biomasa produce emisiones al quemarse, se considera neutra en cuanto a emisiones de carbono, ya que las plantas absorben CO₂ durante su crecimiento.
En España, su uso es más común en sistemas de calefacción en áreas rurales y en instalaciones industriales.
Energía geotérmica
La energía geotérmica aprovecha el calor del interior de la Tierra para generar electricidad o para climatizar edificios. Se obtiene mediante la extracción de calor almacenado en el subsuelo, que en algunos lugares se encuentra a temperaturas suficientemente altas como para generar vapor y mover turbinas.
Aunque en España su desarrollo aún es limitado, se considera una opción con gran potencial en regiones donde el calor subterráneo es accesible, siempre y cuando su impacto medioambiental sea muy bajo o nulo.
Energía mareomotriz
La energía mareomotriz se obtiene a partir de las mareas, aprovechando el ascenso y descenso del nivel del mar para generar electricidad. Se trata de un tipo de energía limpia y renovable; sin embargo, su implementación es costosa y tiene un impacto ambiental que hay que considerar.
Energías no renovables
Las energías no renovables son aquellas que se agotan con su uso, ya que provienen de fuentes que no se regeneran de manera natural en un plazo humano. En este grupo de energías es donde ubicamos a los combustibles fósiles y la energía nuclear.
Combustibles fósiles: Petróleo, carbón y gas natural
Los combustibles fósiles, como el petróleo, el carbón y el gas natural, son recursos limitados formados a lo largo de millones de años a partir de restos orgánicos que fueron sometidos a altas presiones y temperaturas. Dichos combustibles son altamente energéticos y han sido la principal fuente de energía a nivel mundial durante décadas.
Sin embargo, su uso es uno de los principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero y del calentamiento global. En España, aunque se intenta reducir la dependencia de estos combustibles, todavía tienen un peso importante en el consumo final de energía, especialmente por el transporte, la industria y la calefacción.
Energía nuclear
La energía nuclear se produce mediante reacciones en los núcleos de ciertos átomos, como el uranio-235. Estas reacciones tienen la capacidad de librar grandes cantidades de calor que se usa para generar electricidad en las centrales nucleares.
Como ventajas cabe destacar que las centrales nucleares producen en base de forma contante las 8.760 horas al año (solo paran para mantenimiento y recarga de combustible nuclear), no produce gases nocivos ni partículas contaminantes a la atmósfera por lo que puede ser una tecnología alidada para la descarbonización de la economía. La energía nuclear produjo el 22% de la electricidad que se generó en España en 2023 con solo el 5,6% de la capacidad de generación instalada. La generación nuclear reduce por tanto la necesidad de importar combustibles derivados del petróleo y gas de terceros países mejorando así la independencia energética.
El principal inconveniente es la generación, el almacenamiento y la gestion de los residuos nucleares. En España el 7º Plan General de Residuos Radiactivos establece la política del Gobierno en materia de gestión de residuos radiactivos incluyendo el combustible nuclear gastado y el desmantelamiento y clausura de las instalaciones nucleares en 2035.
El futuro de la energía primaria
El futuro de la energía primaria pasa por una transición hacia fuentes renovables que permitan reducir las emisiones y asegurar un suministro sostenible. España, al igual que otros países, enfrenta el desafío de reducir su dependencia de los combustibles fósiles y avanzar en la implementación de energías limpias. Para esto, se requiere tanto del desarrollo de tecnologías que faciliten el almacenamiento de energía, como las baterías de ion-litio, y las centrales hidroeléctricas reversibles (bombeos) son fundamentales para garantizar un suministro energético estable y confiable incluso en ausencia de sol o viento; como políticas que fomenten el uso de recursos renovables. Las energías renovables jugarán un papel fundamental para garantizar la sostenibilidad y proteger el medio ambiente a largo plazo.
