El artículo aborda las insuficiencias de la integración energética europea, como consecuencia de un subdesarrollo físico de sus interconexiones que mantiene muchos mercados europeos aislados o marginalmente integrados.
Se subraya la necesidad de que la nueva Comisión incluya en la base de cualquier iniciativa energética europea acelerar las interconexiones. En este sentido el gobierno polaco, con el apoyo francés, ha presentado una propuesta de Unión Energética, que no sólo plantea interconexiones, sino también una centralización de las compras de gas a nivel comunitario con el fin de doblegar el poder de mercado de Gazprom. Sin embargo, por el momento la propuesta ha quedado diluida como mecanismo voluntario de agregación de compras.
En este contexto España podría suponer una alternativa al aportar una vía de diversificación estable hacia Argelia y una capacidad de respuesta flexible a corto plazo gracias al GNL y la experiencia de sus empresas en un mercado en que son pioneras y líderes en Europa, lo que le convierte en un centro natural de distribución de gas hacia Europa.