La International Renewable Energy Agency (IRENA) ha publicado el informe “Renewable Energy and Climate Change”, dentro de la colección “REthinking Energy”. En esta edición se destaca el papel de las energías renovables como uno de los principales medios para descarbonizar el mix energético global, describiendo las oportunidades que ofrecen, la financiación requerida y una serie de recomendaciones para garantizar la sostenibilidad energética en el futuro.
El desarrollo de las energías renovables es imprescindible para combatir el cambio climático. Si se consiguiera duplicar la cuota de energías renovables en el mix energético mundial para 2030 se alcanzaría alrededor de la mitad de la reducción de emisiones requerida, y si se acompaña de mejoras en eficiencia energética, se lograría el objetivo crítico de mantener el calentamiento global por debajo de los 2 ° C.
El desarrollo de las energías renovables no sólo tiene beneficios medioambientales, sino que también produce crecimiento económico y desarrollo sostenible: suministro seguro y limpio de energía, incremento del PIB, y creación local de valor y empleo. Con las políticas correctas, las renovables crean un mayor número de puestos de trabajo por unidad eléctrica generada que tecnologías tradicionales como el carbón o el gas natural. Además, si se reflejaran las externalidades medioambientales y sanitarias en el precio de la energía, la transición energética generaría ahorros netos positivos.
Por otro lado, hoy en día, las energías renovables son una solución económicamente viable y tecnológicamente factible, gracias al descenso en el coste de sus diferentes componentes. Ello ha permitido que la energía eólica o la solar puedan mejorar su competitividad frente a las combustibles tradicionales.
Para lograr una acción efectiva contra el cambio climático, es necesario incrementar las inversiones en energías renovables. La inversión anual mundial tendría que duplicar los niveles actuales para llegar a los $500 mil millones de dólares durante el período 2015-2020. En el horizonte 2030 las inversiones anuales deberían alcanzar los $900 mil millones. Para una acción por el clima exitosa, la cuota de renovables debe seguir creciendo no solo en el sector eléctrico sino en el del transporte y calor-frío.
Por último, se proponen cinco acciones para garantizar un futuro sostenible del sector energético:
1. Fortalecer el compromiso de las políticas y regulaciones con las energías renovables, estableciendo marcos regulatorios estables y predecibles, fijando objetivos en dicha materia y enviando señales de mercado potentes para que se desarrollen.
2. Impulsar las inversiones en energías renovables, no sólo a través de la financiación pública, sino también fomentando las inversiones del sector privado a través de herramientas que reduzcan el riesgo y de financiación estructurada que desbloquee las oportunidades de invertir.
3. Fomentar el desarrollo de nuevas capacidades y competencias junto con la coordinación entre los gobiernos e instituciones financieras y regulatorias para apoyar el despliegue de las energías renovables. Procedimientos transparentes que reduzcan los costes y hagan los proyectos más atractivos.
4. Aprovechar las sinergias que generan las energías renovables para alcanzar Objetivos de Desarrollo Sostenible adicionales a la transformación del sistema energético en ámbitos como la sanidad, pobreza, agua y urbanismo.
5. Mejorar la participación regional y la cooperación internacional en el desarrollo de las energías renovables. Enfoques regionales e iniciativas comunes pueden reducir costes, generar economías de escala, atraer inversión, impulsar la capacidad financiera, estimular el comercio transfronterizo y facilitar el progreso de la energía renovable.