La transición energética es un fenómeno que no solo está ocurriendo actualmente, sino que seguirá cobrando protagonismo a lo largo de los próximos 20 años.
Desde el lado de la demanda, conviene destacar el cambio de paradigma desde los mercados convencionales a otros caracterizados por un rápido crecimiento de agentes, y un incremento de la demanda de energía sobre todo por parte de la clase media que elevará la demanda global de energía en el futuro.
Por otro lado, el suministro se caracteriza por el cambio continuo del mix de combustibles, hacia aquellos caracterizados por unas bajas emisiones en carbono. Las energías renovables son la fuente de energía que más está creciendo, y se multiplicarán por cuatro a lo largo de los próximos 20 años. Por su parte, los combustibles fósiles proveerán aproximadamente la mitad del incremento de energía primaria total durante los próximos 20 años, creciendo el gas natural a un ritmo mayor que el carbón o petróleo.
Asistiremos a una continua electrificación del mundo, lo que implica que aproximadamente 2/3 del crecimiento de la demanda de energía en los próximos 20 años será cubierta por producción eléctrica.
En cuanto a las emisiones de CO2, la combinación entre un crecimiento más lento del consumo mundial de energía y el cambio del mix energético, muestra que el incremento de emisiones será la tercera parte de la senda histórica. No obstante, el hecho de que las emisiones vayan a seguir creciendo muestra la necesidad de más acción política.