Ecofys, en colaboración con NewClimate Institute, Climate Analytics y ClimateWorks Foundation, ha publicado el informe “The Road Ahead: How Do We Move to Cleaner Car Fleets?” En él, se analizan las acciones que se deben abordar en el sector del transporte para lograr su descarbonización y, en consecuencia, posibilitar el cumplimiento de los objetivos estipulados en el Acuerdo de París. Según la Agencia de Protección Medioambiental de EEUU, el transporte es uno de los principales responsables de la emisión de gases de efecto invernadero con una contribución del 14% de las emisiones globales. Actuar sobre este sector será clave para alcanzar el objetivo de limitar el incremento de la temperatura media en 2ºC.
Mientras que el vehículo eléctrico no se posicione como una alternativa real a los combustibles fósiles, la definición de estándares de emisiones es uno de los mecanismos más usados para limitar las emisiones generadas en el sector. No obstante, su efectividad ha quedado cuestionada tras el escándalo protagonizado por Volkswagen en 2015. Al revelarse que el nivel de emisiones podía ser manipulado por los fabricantes, se generó un debate sobre la fiabilidad de los datos que las marcas de automóviles comunicaban al mercado y la dificultad de configurar un test que recreara las condiciones reales de conducción. Además de las cuestiones éticas provocadas por este tipo de manipulaciones, estos engaños pueden, en la práctica, entorpecer el correcto funcionamiento de los mecanismos de monitorización del proceso de descarbonización imposibilitando el cumplimiento de las metas del Acuerdo de París. En este sentido, está previsto que los actuales estándares europeos sean reemplazados por nuevos estándares armonizados a nivel global (“Worldwide Harmonized Light Vehicles Test Procedure”).
En este contexto, el estudio analiza el posible impacto medioambiental de las emisiones actuales y previstas en siete diferentes países o regiones: la Unión Europea, EEUU, China, India, México, Brasil y Japón.
En primer lugar, se observa que, incluso reduciendo a la mitad los actuales estándares de emisiones en el horizonte 2030, el objetivo de limitar el aumento de temperatura en 2ºC quedaría fuera de alcance. Para poder acercarse a cumplir esta meta sin incrementar el uso del coche eléctrico, sería necesario alcanzar estándares que fueran prácticamente de emisiones-cero (más de 13 veces inferiores a los actuales europeos).
Para poder cumplir con el objetivo de temperatura, es imprescindible que, además de reducir a la mitad los estándares de emisiones a 2030, se produzca un despliegue significativo de los vehículos eléctricos. Así, con una penetración del 50% de la flota en 2050, la mayoría de los países estarían cerca de cumplir dicho objetivo. Para poder aspirar a mantener el incremento de temperatura en 1,5ºC, el último coche de gasolina/diésel debería ser vendido aproximadamente en 2035.
Algunos países como Noruega y los Países Bajos ya están tomando medidas para impulsar el despliegue de los vehículos eléctricos. En cualquier caso, para que este despliegue del vehículo eléctrico sea efectivo debe acompañarse por un proceso de descarbonización del sector eléctrico.
Respecto a los medios de transporte en el que aún no es factible la electrificación (p.ej: el transporte aéreo o el marítimo), los objetivos mundiales a corto plazo comprenderán mejoras en la eficiencia del combustible y aumento de políticas de reducción de emisiones. En el largo plazo, sin embargo, se debe aspirar a que tecnologías de “emisión cero” aumenten su presencia.