Actualmente, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades (centros urbanos) y cada año la cifra de habitantes en zonas urbanas se incrementa en 75 millones. Solamente a las ciudades consumen más de tres cuartas partes de la energía producida en todo el mundo, a través de la calefacción, el transporte y el uso común de la electricidad (alumbrado de los hogares y calles, etc.). Muchas ciudades están comprometiéndose a establecer objetivos de mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y controlar la generación y el consumo de energía.
En el este documento, los autores argumentan que uno de los mejores métodos para poder llegar a reducir las emisiones de efecto invernadero y acotar el consumo de energía es a través de una mayor participación y liderazgo del gobierno local, que tiene implicaciones sobre la producción y el consumo de energía y puede facilitar el desarrollo de generación distribuida.
En primer lugar, el gobierno local puede llevar a cabo la implantación de una estrategia energética local con los beneficios que ello implicaría (reducción de situaciones de pobreza energética, aumento del empleo, mejora de la calidad de vida y mitigación de la incertidumbre sobre el suministro de combustible y los precios, etc.). Además, con un liderazgo político firme, se consigue el apoyo y la convicción de los ciudadanos para implementar un cambio estructural que podría derivar en una reducción de gases de efecto invernadero junto a un gasto energético más eficiente. Finalmente, un gobierno local puede facilitar el acceso a la financiación para poder llevar a cabo las inversiones necesarias, colaborando estrechamente con las empresas energéticas, empresas privadas y con otros niveles de gobierno. Los autores del artículo concluyen que aunque el problema del cambio climático es un problema global, algunas de las mejores estrategias para su mitigación se tienen que implementar en el ámbito local.
The local dimension of energy
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