En un análisis práctico de política energética, el indicador más típicamente usado es la intensidad energética, definida como el cociente del consumo de energía por el PIB. La intensidad energética se toma a menudo como representante de la eficiencia energética, aunque puede presentar imperfecciones como tal visto en un cierto plazo y en comparaciones entre países puesto que es una función de varios factores, incluyendo la estructura económica.
Italia es un claro ejemplo. En el período considerado, su intensidad energética disminuye, lo que sugiere una mejora; sin embargo, su eficiencia energética subyacente ésta reducida durante este período. De la misma manera, Italia es el país más eficiente según su intensidad energética, mientras que la eficiencia energética subyacente sugiere que es el 9º país más eficiente.
Para poder realizar este análisis, se estima una función frontera de demanda energética para tratar de aislar “la eficiencia energética subyacente”, controlando claramente los factores importantes que puedan variar a través de los distintos países, y por lo tanto puedan afectar a la demanda energética de cada uno de ellos. Se trata de variables relacionadas con el clima, el tamaño y la estructura de la economía, y una vez controladas permite ver la evolución de la eficiencia en cada país en un período de tiempo y la diferencias entre países.
Energy Demand and Energy Efficiency in the OECD Countries: A Stochastic Demand Frontier Approach
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