La Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA por sus siglas en inglés) ha publicado el informe de evaluación del estado y las perspectivas del medio ambiente en Europa (SOER 2015), actualizando la versión previa del mismo que databa de 2010. El informe analiza los retos futuros a los que deberá dar respuesta la regulación europea en medio ambiente, además de estudiar las tendencias mundiales, comparar un conjunto de países en distintos ámbitos y ofrecer información detallada por región.
Según describe la EEA, la Unión Europea se encuentra actualmente a medio camino entre las primeras políticas energéticas diseñadas en 1970 y la consecución de la visión 2050 de “vivir bien, respetando los límites de nuestro planeta” enmarcada en el 7º Programa comunitario de acción en materia de medio ambiente. Las acciones necesarias para alcanzar la “visión 2050” se centran en tres áreas, cuyo progreso es objeto de evaluación en el informe:
i. Proteger el capital natural sobre el que se apoyan la prosperidad económica y el bienestar humano. El informe reconoce que, a pesar de los avances realizados en la mejora de la calidad del aire y el agua, éstos están siendo insuficientes. La degradación de la tierra y el cambio climático siguen suponiendo una amenaza a los flujos de bienes y servicios medioambientales que sustentan la productividad y el bienestar de Europa.
ii. Impulsar la eficiencia en el uso de los recursos y el desarrollo económico y social con bajas emisiones de carbono. En este aspecto la EEA se muestra optimista y destaca cómo se han recortado las emisiones de gases de efecto invernadero en un 19% respecto a 1990 en Europa a pesar de un crecimiento económico del 45%. Además desde 2007 ha disminuido el uso de los recursos un 19%, se generan menos residuos y las tasas de reciclado han aumentado. Sin embargo, es necesario que los objetivos medioambientales a corto plazo sean más ambiciosos para posibilitar la consecución de los objetivos a 2050 (reducción de las emisiones en un 80-95%).
iii. Proteger la salud y el bienestar de las personas de los riesgos medioambientales. El informe refleja que se ha mejorado notablemente la calidad del agua, pero que siguen quedando importantes amenazas para la salud por resolver, tales como la contaminación del aire y la acústica, especialmente en las zonas urbanas. De hecho se espera que los impactos en la salud como consecuencia del cambio climático empeoren en las próximas décadas.
Además SOER 2015 resalta la necesidad de encontrar nuevos enfoques y soluciones para afrontar los problemas sistémicos medioambientales. Hace falta cambiar los sistemas de producción y consumo, integrar el medioambiente en las políticas sectoriales, recalibrar las políticas energéticas, invertir en tecnología e I+D y mejorar la base de conocimiento para lograr la transición hacia una economía verde.