Eurelectric ha publicado un folleto titulado “Opening up the black box: electricity distribution made easy” con el propósito de explicar de una forma clara y sencilla la forma en que operan las redes de electricidad y su previsible evolución a futuro. Esta iniciativa busca mejorar la comprensión de las diferencias entre las redes de transmisión y distribución, las razones por las que es preciso regular la actividad de los operadores de sistemas de distribución (DSO, por sus siglas en inglés) y las formas de comunicación de los DSO con los consumidores, entre otros. Además, identifica los desafíos específicos, prioridades y oportunidades a los que los DSO se están enfrentando.
Actualmente en Europa existen 260 millones de consumidores europeos conectados a las redes de distribución eléctrica. Éstos dependen de alrededor de 2.400 empresas de distribución de electricidad, que emplean cerca de 240.000 personas. Las características particulares de la red eléctrica en cada país son muy diversas, dependiendo fundamentalmente de la cantidad y la naturaleza de los usuarios conectados, así como a la tipología de propietarios de la red.
Las redes eléctricas se pueden clasificar en dos grandes categorías. Las líneas de transporte vehiculan la electricidad desde las plantas de generación hasta las subestaciones eléctricas. Dada la gran distancia que deben recorrer, se emplea la alta tensión (HV) ya que minimiza las pérdidas durante el transporte. Por otro lado, en las líneas de distribución la electricidad circula en media tensión (MV) (distribución primaria) o en baja tensión (LV) (distribución secundaria), siendo la encargada de llevar la energía desde la subestación hasta el consumidor final. Los DSO son las compañías encargadas de la operación de dichas líneas de distribución. Cuando el operador es a la vez el propietario de la red, reciben el nombre de DNO (Distribution Network Owner/Operator).
El mercado de distribución eléctrica es un monopolio natural. Los altos costes fijos que implica su instalación provocan que no sea económicamente viable desarrollar dos redes en paralelo. Los estudios demuestran, de hecho, que el monopolio es modelo de distribución más eficiente en costes. Para asegurar su adecuado funcionamiento y proteger a los consumidores, el mercado es regulado por las autoridades energéticas nacionales que establecen niveles de retribución que compensen de manera justa los costes incurridos por los DSOs.
El entorno en el que los DSOs desarrollan su actividad es dinámico. Así, por ejemplo, el incremento de la generación descentralizada mediante fuentes renovables está incrementando la responsabilidad de los DSO al tener que controlar las variaciones de desequilibrio en el sistema de distribución, vincular los mercados mayoristas y minoristas, así como permitir el autoconsumo, siendo todas estas tareas cada vez más complejas y exigentes.
Por otro lado, el desarrollo tecnológico ha permitido un incremento en la “inteligencia” de las redes eléctricas, por lo que las herramientas de supervisión y comunicación son cada vez más importantes. Los operadores de redes inteligentes deben gestionar los datos y la información que fluye a través de los procesos de comunicación digitales, teniendo que procesar millones de señales diarias en tiempo real a través de satélites, sistemas de comunicaciones de líneas eléctricas, radio, líneas de fibra óptica y otras tecnologías de la comunicación.
Por ello, la correcta gestión y explotación de datos está siendo uno de los principales retos del diseño de redes inteligentes, junto con la digitalización y la automatización de la infraestructura. Los DSO tendrán que combinar sus capacidades actuales con herramientas de la nueva era digital (como por ejemplo, el Big Data) para poder desarrollar su actividad en la nueva economía.