Opinión de Solidaridad, el histórico sindicato polaco, sobre las decisiones de política energética del Consejo Europeo del 23 y 24 de octubre y su impacto sobre la competitividad de la economía europea, el empleo y la dependencia energética.
El objetivo de reducir las emisiones de CO2 implica un aumento del coste de producir electricidad ya que disminuirá drásticamente la generación con carbón, avocando a estas centrales al cierre, y ganará mayor peso el gas natural en el mix de generación.
Por otro lado, cuanto más cara es la energía mayor será el coste de todos los bienes y servicios. Como consecuencia, el sector industrial deslocalizará gran parte de sus fábricas hacia otros países con menos restricciones de CO2, provocando en Europa la destrucción de muchos puestos de trabajo.
Adicionalmente, Europa no tiene los recursos de gas suficientes para cubrir sus necesidades y tiene que importarlo de Rusia y de otros terceros países. Si aumentan estas importaciones, se empeora la balanza comercial europea en beneficio de los grandes productores de gas. Por lo que, en última instancia, serán estos países los que decidan sobre la fortaleza o la debilidad de la economía europea.
Como conclusión, los principales impactos serán la reducción de competitividad de la economía europea, aumento de desempleo y aumento de la dependencia energética.