De cara al despliegue definitivo del vehículo eléctrico se requiere el desarrollo de estas cuatro estrategias: (i) la electrificación del parque de vehículos, (ii) el aprovisionamiento con suficientes dispositivos de recarga, (iii) la descarbonización de la generación de electricidad y (iv) la integración de los vehículos eléctricos en el funcionamiento de la red, según el informe “Electric vehicles, Technology brief” publicado por IRENA.
Pero, ¿qué obstáculos sigue presentando el despliegue del vehículo eléctrico? A pesar de las mejoras de reducción de costes o de funcionamiento en el campo de las baterías, el vehículo eléctrico sigue sin alcanzar los niveles de despliegue esperados. Los nuevos modelos que se introducirán tanto en 2017 como en 2018 serán capaces de tener una autonomía de aproximadamente 300 km. Sin embargo, a pesar del descenso en el precio de las baterías para estos vehículos (de 350 $/kWh a 150 $/kWh, para baterías de 60 kWh), su precio seguirá siendo bastante más elevado que los motores de combustión interna tradicionales.
¿Qué otros aspectos son necesarios para alcanzar los objetivos establecidos? De cara a llegar a aproximadamente una cifra de 160 millones de unidades en 2030, según establece IRENA, será necesaria una combinación de avances tecnológicos, incentivos adecuadamente repartidos, una infraestructura de recarga apropiada así como una mayor experiencia en el ámbito del vehículo eléctrico.