La firma de servicios profesionales ARUP ha publicado el documento “Five minutes guide: Energy in cities”, en el que ofrece una guía para ayudar a las ciudades a reducir su demanda energética, mejorar la eficiencia de suministro y aumentar el uso de fuentes de generación bajas emisiones de carbono.
Actualmente, tres cuartas partes de la energía del mundo se consume en las ciudades, siendo responsables del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, las actuales proyecciones anticipan que la demanda global de energía se duplicará o incluso triplicará para el año 2050, momento en el cual el 70% de la población mundial vivirá en ciudades.
Considerando estas proyecciones en un contexto mundial de escasez de recursos y cambio climático, parece evidente que las grandes urbes tendrán un rol clave para lograr el cambio hacia un futuro energético sostenible. En los próximos años deberán enfocarse en reducir la demanda energética de sus ciudadanos mientras garantizan la cobertura de las necesidades energéticas y la preocupación medioambiental de su creciente población a un coste asequible. Por ello, uno de los grandes retos de las ciudades modernas consistirá en adaptarse y beneficiarse de los cambios en las formas de generar, distribuir y consumir la energía.
Los autores de este informe han seleccionado cinco soluciones innovadoras que consideran necesarias para lograr la transición energética en las ciudades.
- Suministro energético basado en energías renovables y tecnologías bajas en carbono: Será necesaria la instalación y la inclusión en la red de una combinación de fuentes de generación renovable tanto centralizada y como descentralizada para lograr incrementar la oferta energética mientras se reducen las emisiones. En el primer caso se instalarían tecnologías a gran escala de biomasa, eólica, solar, hidráulica y maremotriz ubicadas fuera de las ciudades. A esto habría que añadir el desarrollo dentro de la propia ciudad de la generación micro renovable, las fuentes de calor bajas en emisiones (tales como las bombas de calor, la biomasa y la cogeneración de residuos) y la energía solar térmica.
- Almacenamiento de la energía: Con su desarrollo se favorecería la eficiencia energética en distintos puntos del sistema al tiempo que se facilitaría la integración de los recursos renovables variables.
- Redes inteligentes y micro-redes: Las redes inteligentes, con la incorporación a la red eléctrica de sistemas de comunicación, permitirían un suministro energético más flexible, asequible, fiable y eficiente. Las micro-redes, por otro lado, reducirían la presión a la red eléctrica y pueden facilitar un suministro más flexible.
- Datos en ciudades inteligentes: El desarrollo de tecnologías de información y comunicación posibilitaría que los centros urbanos aprovechen datos en tiempo real que permitiría que los sistemas inteligentes adapten sus comportamientos de acuerdo a la contribución del desarrollo de una economía libre de carbono.
- Sistemas de construcción: Tanto las construcciones nuevas como las ya existentes necesitarían desarrollar medidas de eficiencia energética y rendimiento para reducir su consumo energético.