El equipo Straight talk de la National Rural Electric Cooperative Association ha publicado el video “Net Metering” en el que describe el impacto de la generación distribuida, retribuida mediante balance neto, en el conjunto del sistema eléctrico.
A lo largo del vídeo se compara el funcionamiento del sistema eléctrico con el tráfico que recorre una autopista, ilustrando, con esta analogía, las conclusiones del vídeo de una manera más clara.
Como sucede con las autopistas, la capacidad del sistema eléctrico se dimensiona tomando como referencia los momentos de demanda punta, es decir, aquel espacio temporal en el que la mayor parte de los clientes realizan su pico de consumo de forma simultánea.
En los momentos de demanda punta, una gran cantidad de usuarios consume energía del sistema al mismo tiempo, tanto aquellos que cuentan con un sistema de generación renovable en el hogar (autoconsumidores) como los que no tienen. Por tanto, la demanda de ambos tipos de consumidores determina la capacidad que debe tener el sistema eléctrico.
Al igual que en las carreteras, los costes de construcción y mantenimiento de la red eléctrica dependen directamente de su tamaño o capacidad necesaria para satisfacer los picos de demanda. De acuerdo a la estructura tradicional de tarifa, en la medida en la que todos los consumidores contribuyen a cubrir los costes del sistema eléctricos que le corresponden, en función del consumo realizado.
Sin embargo, la aplicación del nuevo sistema de facturación basado en el balance neto está generando un desplazamiento de costes desde los autoconsumidores hacia los clientes regulares. En la medida en la que el autoconsumidor recurre a la electricidad generada por ellos mismos para cubrir parte de sus necesidades energéticas, se disminuye la demanda que dirigen al sistema y, por tanto, reducen su contribución al pago del coste de las infraestructuras eléctricas. Sin embargo, en las horas punta, estos usuarios, como el resto, suelen recurrir al sistema para proveerse de energía, por lo que influyen en el dimensionamiento de la capacidad del sistema eléctrico.
Hasta ahora, en la medida en la que el número de autoconsumidores con balance neto era limitado, las utilities han sido capaces de absorber la reducción de su recaudación. Sin embargo, ante el considerable aumento previsto en el número de autoconsumidores con balance neto, se incrementa el impacto en el sistema haciéndolo inasumible para las utilities que tienen que incrementar las tarifas facturadas a los usuarios regulares para poder cubrir los costes de desarrollo y mantenimiento de la red.
Es preciso, por tanto, un cambio en la estructura tarifaria y en las políticas de balance neto, de forma que se garantice la sostenibilidad del sistema eléctrico, asegurando que todos los consumidores que se benefician de la red cubran sus costes de construcción y mantenimiento en una proporción justa.