El mercado de energía de la UE está sufriendo cambios relevantes que afectan a su operativa: i) integración de los mercados energéticos europeos, ii) construcción de una economía baja en emisiones de carbono y iii) desarrollo de innovaciones tecnológicas. Estos factores provocan que todos los agentes del sistema, entre los que se encuentran los gestores de la red de transporte (TSO por sus siglas en inglés), afronten el reto de adaptarse al nuevo contexto de mercado. En el informe publicado por el Florence School of Regulation se analiza, específicamente, el futuro de los TSO.
El objetivo de este informe es ayudar a las partes interesadas a tomar un papel de liderazgo en la transformación de la gestión y la operación de los sistemas eléctricos necesaria para responder a los retos mencionados anteriormente.
El informe brinda un marco conceptual para evaluar y comparar las diferentes alternativas de transformación, mostrando el impacto de los cambios estructurales sobre la regulación de los sistemas de electricidad y de los mercados. Además, propone recomendaciones encaminadas a asegurar la coherencia interna de cada alternativa.
Entre las consideraciones que el informe presenta para la transformación del sistema, destacan:
1. Los escenarios teóricos planteados en el informe no serían capaces de cubrir individualmente todos los objetivos energéticos y climáticos planteados de manera eficiente.
2. Por otro lado, algunas de las funciones operacionales críticas del sistema, que actualmente realizan las TSO nacionales, las empezarían a realizar otras entidades total o parcialmente, por ejemplo, organizaciones supranacionales.
3. Los marcos jurídicos y normativos deberían adaptarse para definir y asignar cada una de las funciones relacionadas con la operación de red entre los diferentes agentes, indicando mecanismos para un reparto equitativo de costes y pasivos
4. Aunque, desde el punto de vista técnico, es teóricamente posible garantizar la apropiada fiabilidad del sistema, sería inevitable que existieran «agujeros negros» que pondrían en peligro el funcionamiento eficiente de los sistemas de electricidad y mercados y que serían un reto para la Unión de Energía.
5. A corto plazo, aunque la implantación del tercer paquete de medidas continúe y no se publique nueva legislación fundamental, será necesario abordar de alguna forma los diferentes retos existentes.
6. Entre los mencionados retos destacan: i) la regionalización y la “europeización” de la planificación de red y la operación del sistema, que llevará a una mejor coordinación entre el hardware y software del TSO; ii) las políticas de los Estados Miembro relativas a la seguridad de suministro; iii) la articulación entre los “NAPs 2030” de los Estados Miembro y la inversión en red, sistemas y mercados; y iv) la articulación de las redes locales y nacionales y los sistemas, haciendo necesario nuevas formas de coordinación entre los DSOs, TSOs, reguladores y otros agentes del mercado.
7. En el pasado, la cooperación voluntaria e informal entre los principales agentes del mercado fue crucial para el desarrollo del mercado interno de la energía. Esta cooperación seguirá siendo necesaria para obtener resultados significativos en la descarbonización del sistema.
Por último, para que la transición de la Unión de Energía (hacia una economía baja en carbono en un mercado europeo abierto a una ola de innovación) pueda tener éxito, es necesario que la gobernanza y los mecanismos de regulación se adapten rápidamente.