El informe destaca la alta penetración experimentada por la energía eólica desde 2008. Actualmente, hay unos 300 GW instalados, liderados por China (75 GW), Estados Unidos (60 GW) y Alemania (31 GW). La eólica cubre el 2,5% de la demanda global de electricidad y casi un 30% en Dinamarca, un 20% en Portugal y un 18% es España. El apoyo político a esta tecnología ha sido un instrumento clave para su crecimiento y desarrollo.
Según este informe la energía eólica podrá alcanzar una cuota de generación eléctrica de entre el 15 y el 18% en 2050, no obstante, los costes, la integración en la red o las dificultades para la consecución de los permisos de instalación de los parques eólicos puede retrasar la consecución de este objetivo.
Desde el punto de vista económico, la eólica terrestre tiene un rango de costes que varía desde los 60 USD/MWh hasta los 130 USD/MWh. La eólica terrestre puede resultar competitiva en aquellos emplazamientos con ventosidad óptima y con condiciones de financiación favorables, pero todavía requiere de algún tipo de apoyo en la mayoría de los países. Por otro lado, los costes de la eólica offshore son mucho más elevados.
Mientras los mercados no reflejen los costes del cambio climático y otras externalidades medioambientales, reducir el coste de la energía eólica a niveles competitivos requerirá de apoyos como cuotas (renewable portfolio standards), feed-in tariffs (FiTs), certificados verdes y otros mecanismos.
Para alcanzar una alta tasa de penetración de la energía eólica sin disminuir la fiabilidad del sistema, se requiere de mejoras en las infraestructuras de red y de flexibilidad de la demanda. El informe también enumera otras acciones principales para los próximos diez años entre las que destaca la necesidad de (i) establecer objetivos a largo plazo respaldados por políticas predecibles que fomenten la inversión y que permitan aplicar un precio adecuado al derecho de emisión de CO2, (ii) eliminar barreras no económicas como las restricciones en el uso del terreno, (iii) reforzar la I+D+i y mejorar la financiación de los proyectos y (iv) fomentar la aceptación social destacando los beneficios de la generación eólica (reducción de emisiones de CO2, crecimiento económico, etc).