Según los autores, para mejorar la sostenibilidad de una ciudad (considerada como un sistema energético) se debe abordar: 1) construcción sostenible (actualizar y modernizar los sistemas térmicos, incluyendo la energía solar para calentamiento de agua en el ámbito doméstico) 2) mejoras en el transporte, fomentando el transporte público frente al vehículo privado y 3) mejoras en la gestión de los cambios hacia medios de transporte con energías más sostenibles. Adicionalmente, se debe considerar la heterogeneidad de las ciudades, sus características intrínsecas como la forma urbana, el clima, la disponibilidad de recursos locales, las características económicas (existencia de puerto, industria) y características institucionales (recursos económicos y humanos, instituciones legales, etc)
Según el informe, actualmente, los gobiernos locales tienen en común que no están utilizando aún sus capacidades, ya que tienen desincentivos institucionales para dirigirse hacia un futuro más sostenible y en caso de que tomen acciones, éstas chocan con los sectores privados que son reacios a seguir los cambios. Por otro lado, las instituciones tienen un papel muy importante en su función de acelerar los procesos en lugar de ralentizar las decisiones.
Los autores recomiendan seleccionar un conjunto de ciudades inteligentes para incrementar la excelencia de los pioneros y dar oportunidades a los grupos de ciudades con un potencial prometedor pero donde los pioneros no han emergido todavía; también recomiendan establecer un cumplimiento estricto en la metodología de informar que permita la creación de un foro o registro con buenas prácticas, así como desarrollar una iniciativa legislativa a nivel europeo que permita informar a las ciudades sus progresos.
Smart Cities Initiative: how to foster a quick transition towards local sustainable energy systems
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