IRENA ha publicado el informe titulado “End-of-life management; solar photovoltaic panels” en el que analiza la evolución futura del desmantelamiento y el reciclaje de los paneles solares, ante el crecimiento de la energía fotovoltaica.
La energía solar fotovoltaica ha tenido desarrollo significativo en los últimos años hasta alcanzar los 222 GW de capacidad instalada a finales de 2015. Además, se espera que a futuro este crecimiento se acelera hasta una capacidad instalada de 4.500 GW en 2050. Se prevé que China lidere este desarrollo con una capacidad instalada de 1.731 GW, seguida por India (600 GW), EE.UU (600 GW), Japón (350 GW) y Alemania (110 GW).
A medida que aumente la capacidad instalada fotovoltaica, también se incrementará la necesidad de desmantelar los paneles fotovoltaicos según alcancen la obsolescencia. Se estima que la vida útil de un panel solar está en torno a los 30 años, a partir del cual empiezan a ser menos eficientes por el deterioro de sus materiales. Se espera que a finales de 2016 los residuos de paneles fotovoltaicos alcancen entre 43.500 – 250.000 toneladas, mientras que para 2050 los residuos fotovoltaicos generados anualmente aumentarían hasta los 5,5– 6.0 millones de toneladas. Esta cantidad sería ligeramente inferior al peso de la nueva capacidad fotovoltaica que se instalará, previsiblemente, el mismo año (6,7 millones de toneladas). Así, China, EE.UU, Japón, India y Alemania serán los países en el que se haya acumulado una mayor cantidad de residuos de paneles a 2050.
Este significativo crecimiento de los residuos de los paneles fotovoltaicos supone un reto medioambiental. Para poder mitigarlo, es fundamental que se establezca una normativa adecuada que regule su desmantelamiento y reciclaje. En la actualidad, tan sólo la Unión Europea cuenta con una regulación específica sobre los residuos fotovoltaicos, con objetivos de recogida, recuperación y reciclaje de paneles. En concreto la Directiva de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (WEEE, por sus siglas en inglés) exige a todos los productores de paneles fotovoltaicos que quieran comercializar sus productos en la UE, que financien los costes de recogida y reciclaje de los mismos.
Asimismo, supone una oportunidad para crear negocios alrededor de estas actividades, a través de la recuperación de materiales y el desarrollo de nuevas industrias. De esta forma, los 60-78 millones de toneladas de residuos fotovoltaicos acumuladas en 2050 podrían generar 15.000 millones de dólares. Esto permitiría el desarrollo de nuevas industrias y la recuperación de material suficiente como para instalar 2 mil millones de nuevos paneles (equivalentes a 630 GW). Para conseguir una gestión sostenible de los residuos fotovoltaicos se deben potenciar la reducción del uso de materiales potencialmente dañinos (estaño, plomo, etc.) en los paneles fotovoltaicos, la reutilización de los mismos y el reciclaje.
En definitiva, es necesario que los gobiernos, la industria y los distintos agentes del sector se preparen para la adecuada gestión de los residuos. Para ello, se requiere una regulación específica sobre los residuos fotovoltaicos y la expansión de la infraestructura necesaria para su gestión. Además, se debe incentivar la innovación para poder aprovechar las oportunidades que se presentan.