Eurelectric ha publicado el documento “Network Tariffs” en el que analiza la estructura de tarifas eléctricas en los diferentes países de la Unión Europea, el rol de los operadores de la red de distribución, el nivel de retribución adecuado para compensar sus servicios y el efecto de las tarifas en el incentivo de los mecanismos de respuesta de la demanda o la eficiencia energética.
Los operadores de la red de distribución (DSOs, por sus siglas en inglés) desempeñan un rol fundamental en el sistema eléctrico, siendo los responsables, entre otros asuntos, de velar por la estabilidad y calidad del suministro e integrar los recursos de generación renovable de manera eficiente en la red. Los DSOs operan en monopolios naturales regulados en los que sus tarifas son estimadas por las administraciones en base a sus costes, depreciaciones de activos y la tasa de rentabilidad considerada adecuada. La tarifa eléctrica, por tanto, debe tener la cuantía suficiente como para cubrir los costes operativos de las DSOs y hacer rentable su actividad.
Por ello, es crítico que, a la hora de determinar la estructura de la tarifa eléctrica, los reguladores equilibren de forma adecuada el componente retributivo ligado directamente al volumen de energía consumida por los clientes eléctricos (€/kWh) y aquel que depende de la capacidad del sistema (€/kW). En la medida en la que la mayor parte de los costes de un DSO son fijos y no dependen del volumen de energía distribuido, las tarifas que cuenten con un componente variable elevado pueden afectar a la sostenibilidad económica del sistema, especialmente en aquellos momentos en los que la energía consumida decrezca por encima de lo esperado por el regulador.
Además de garantizar una retribución justa para los DSOs, las tarifas eléctricas deben incluir mecanismos que introduzcan señales en los precios que incentiven el desarrollo de unas infraestructuras de distribución eficientes. Se considera que las tarifas en las que el cobro por capacidad tiene un peso mayor, contribuyen especialmente al uso eficiente de la red en su conjunto, al incentivar a los usuarios a reducir su carga máxima contratada. Por otro lado, el incremento del peso del componente de capacidad, no debería evitar el despliegue de incentivos complementarios para el desarrollo de la eficiencia energética y de los mecanismos de respuesta de la demanda.
Los sistemas de precios dinámicos, que varían en función del momento del día en el que se consume la energía, son, precisamente, un mecanismo que favorece el uso eficiente de la red, apoya la flexibilidad y es compatible con la consecución de los objetivos de eficiencia energética y gestión activa de la demanda fijados por la Unión Europea. Sin embargo, para que este sistema dinámico funcione de manera adecuada, es necesario que los DSOs sean capaces de transmitir los precios localmente a tiempo real, prácticamente. Está pendiente estudiar el impacto positivo neto que tendrían estos sistemas en los hogares, por el incremento de complejidad que generan y los costes de implantación que se requieren.
Por último, las tarifas de red deben repartir los costes del sistema de distribución de manera eficiente y equitativa entre todas las categorías de consumidores, evitando la subvención cruzada entre ellos. Para ello debe tener en cuenta el impacto individual que el usuario supone a la red, contemplando no sólo el volumen, sino también la capacidad de energía a la que el cliente tiene acceso. La generación distribuida tiene que ser especialmente considerada: mientras que reduce la cantidad de electricidad distribuida por las DSOs y, por tanto, su remuneración ligada al consumo, no supone un ahorro en los costes de desarrollo y gestión de la red, sino que, en ocasiones, provoca que aumenten.